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Corales al límite: Puerto Rico enfrenta un gran reto de restauración
El calentamiento oceánico amenaza los arrecifes, pero la ciencia y las comunidades impulsan su restauración en Culebra, Vieques y otras zonas.
10 de noviembre de 2025
Por: Joshua E Garcías Rivera
Un 2025 crítico para los arrecifes
Los arrecifes de coral en las aguas de Puerto Rico han atravesado, durante este año 2025, uno de los periodos más críticos registrados, resultado del aumento en la temperatura de los océanos, la contaminación costera y otros factores humano-ambientales.
El calor extremo arrasa con los ecosistemas marinos
Durante una entrevista realizada el 20 de octubre de este mismo año con el Dr. Edwin Hernández Delgado, biólogo marino y presidente de la Sociedad Ambiente Marino (SAM), nos explicó que las olas de calor en las aguas de los últimos años han tenido efectos severos en distintas zonas de la isla.
“El 2023 alcanzó entre 16 y 18 semanas de calor extremo, y el 2024 superó las 20 o 21 semanas. Estos eventos de estrés térmico causaron una pérdida considerable de corales en varias regiones”, indicó el Dr. Hernández Delgado, sin limitar la continuidad de las olas de calor en los mares durante el año 2025.
Daños generalizados en las costas del Caribe
El investigador, con más de tres décadas de experiencia en los arrecifes del Caribe, señaló que el daño no se limita a un solo punto. “Ha ocurrido en distintas localidades de la isla, incluyendo Culebra, Vieques, Guánica y La Parguera”, añadió Hernández Delgado.
Los informes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) confirman un deterioro en aumento en los arrecifes coralinos desde inicios de la década. Según la NOAA, los arrecifes brindan refugio a más de 700 especies marinas, protegen las costas de la erosión y generan altos ingresos turísticos y pesqueros, pudiendo llegar a más de 2 mil millones de dólares anuales. Por lo tanto, la degradación no solo amenaza a estas especies marinas, sino que también trae consigo un gran peligro para las comunidades costeras. La pérdida de corales reduce lo que se conoce como una barrera natural frente a los huracanes y fuertes oleajes, además de alterar la cadena alimentaria en las aguas.
El blanqueamiento coralino avanza sin precedentes
Uno de los síntomas de la degradación de los corales es el famoso blanqueamiento, que ocurre cuando los corales pierden las microalgas que les proporcionan color y alimento. Esto es causado por las altas temperaturas o la contaminación.
“Este año hemos observado que el blanqueamiento ha alcanzado zonas donde antes no se había reportado. Hay colonias que han resistido, pero otras no lograron recuperarse del todo”, explicó el Dr. Hernández Delgado.
La NOAA advierte que el aumento continuo de la temperatura superficial del mar incrementa la frecuencia de estos episodios de blanqueamiento y amenaza incluso a especies que antes eran resistentes.
Respuestas desde la ciencia y la política pública
Como respuesta, desde hace varias décadas, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) coordinó el Programa de Conservación y Manejo de Arrecifes de Coral, establecido bajo la Ley 147 de 1999, con el propósito de unir esfuerzos entre el gobierno, las universidades y las organizaciones ambientales. El Plan Estratégico de Arrecifes de Coral de Puerto Rico busca reforzar la educación ambiental y la participación ciudadana a través de talleres, programas escolares y grupos de voluntarios como Amigos de los Arrecifes.
Pese a las pérdidas y los proyectos institucionales, también existen otros proyectos de restauración que han mostrado avances y eficiencia, a pesar de las dificultades y el panorama complicado que presentan estas especies. La Sociedad Ambiente Marino (SAM), a la que pertenece el Dr. Edwin Hernández, ha desarrollado desde hace más de dos décadas viveros submarinos en Vega Baja, Culebra, Rincón y Cabo Rojo, donde científicos y voluntarios replantan fragmentos de coral con diversas técnicas e innovaciones, aprendiendo cada vez más de experiencias pasadas para mejorar la protección de los arrecifes.
“Los corales que han sobrevivido son especies que se han aclimatado al calor. Tenemos colonias creciendo en Vieques y Culebra. Hay un rayo de luz dentro de esta debacle”, afirmó Hernández Delgado.
Vega Baja: de símbolo de éxito a lección ambiental
Un caso muy particular trabajado por esta organización fue el arrecife de El Eco, en Vega Baja, el cual durante años fue un símbolo de éxito en restauración gracias al trabajo de la SAM y el grupo VIDAS, donde se logró recuperar la especie Acropora palmata. Sin embargo, las olas de calor de 2023 y 2024 destruyeron gran parte de esas colonias.
“En Vega Baja tuvimos un trabajo histórico de restauración, pero muchas de esas colonias se perdieron con los eventos de calor del 2023 y 2024”, explicó el biólogo.
Culebra y Vieques, focos de resistencia coralina
Actualmente, los esfuerzos se concentran en Culebra y Vieques, áreas que mostraron mayor resistencia térmica. Aun así, los estudios publicados en Sustainability (2023–2024) reconocen que las técnicas desarrolladas en Vega Baja sirvieron como base para la restauración moderna en el Caribe.
Un compromiso que también depende de la sociedad
Cabe resaltar que, a pesar de que las instituciones, investigadores y organizaciones han realizado avances o intentos en la recuperación de estas especies, el compromiso de la restauración no solo depende de ellos, sino que también es un compromiso social.
“Los ciudadanos deben entender que cada acción en tierra afecta al mar. Desde el uso de fertilizantes hasta la basura, todo termina llegando al arrecife”, enfatizó Hernández Delgado.
Entre la incertidumbre y la esperanza
El futuro de los corales en Puerto Rico continúa siendo incierto, pero los avances científicos y el esfuerzo conjunto de comunidades, investigadores y agencias públicas demuestran que la recuperación es posible. “No sabemos cuánto tiempo tomará volver a ver arrecifes tan vivos como antes, pero lo importante es que la recuperación ya comenzó”, concluyó el Dr. Hernández Delgado.
